Bella película sencilla y familiar que catalogaría como la gran joya de un tesoro perdido: el México, la juventud y la vida que se nos fue. Muestra de manera trágica-cómica-musical los reales mundos distintos (adulto, juvenil, civil, religioso, profesional, artístico, tradicional, rebelde, etc) amalgamados de manera magistral con sangre, sudor y lágrimas(muchas lágrimas); derezados a la perfección con bellas melodías y uno que otro justificadi baile, donde ni una sola frase está fuera de lugar y, de las pocas (si no es que la única película de la época) que en un claro y breve párrafo (en labios de Doña Liber, César y Angélica, cada uno en su monento) exponen de manera creíble y pacífica el problema (rebeldía) y, con hechos convincentes y nada rebuscados (sin sermones) presentan la solución, a todas luces factible aún en nuestros días, (si no estuviéramos tan ocupados) atendiendo lo urgente, dejando de lado lo importante y trascendental (como lo es la familia), por lo que la misma trama puede resultar muy actual. Un claro ejemplo de que el arte es eterno e intemporal y de que los mortales gustamos de crear nuestros propios fantasmas, para luego tenerles miedo, utilizando una máscara y actitudes que oculten nuestra verdadera forma de ser, pensar y actuar. Lo único que lamento es que no esté remasterizada para optimizar la imágenes y el audio. Pero... Gracias por conservarla y por presentáramos la de vez en cuando.