miércoles, 24 de agosto de 2011
La Historia De Una Fotografía.
Por. Dr. Miguel Zamudio Aguirre.

El chiquillo aguardaba el momento de escuchar el sonido del silbato avisando la llegada del cartero y es que estaba en la ansiosa espera de un paquete para el muy valioso que su amigo Mario, un poco mayor que él, sabiendo de su afición por el séptimo arte, le había prometido enviarle una serie de fotografías de películas y de artistas de cine algunas autografiadas, anhelaba mucho en especial una de Libertad Lamarque a la que admiraba sobre todo cuando después de verla en el cine en su películas argentinas, la llegó a conocer cantando y bailando en persona en su puerto querido en el Teatro Principal.
Fachada del Teatro Francisco J. Clavijero antiguo Principal 
donde Libertad actuó en su primera visita artística al 
puerto de Veracruz. (Foto del autor del escrito)

Aquel joven aquel vivía con sus padres y sus tres hermanos, una mujer y dos varones en la Ciudad de México, uno de los dos muchachos era su gemelo y ese día precisamente la promesa se cumplió para el chiquillo provinciano. A los amigos les unía un vínculo muy especial, pues la madre del veracruzano era madrina de bautizo de la del residente en la metrópoli. Pero el tiempo transcurrió, pasaron muchos años, el chiquillo vivió las etapas de la adolescencia y la juventud hasta llegar a la de adulto, estudió una carrera, se casó, fue padre de dos hermosos hijos y aquella relación quedó atrás solamente que sin llegar al olvido.

El lugar de origen de la magnífica poetisa que fue la madre de Mario, era el puerto de Veracruz y ella decidió al quedar viuda de su esposo, habitar nuevamente un buen tiempo con su hija frente al mar, retornando años después a la casa donde formara su gran familia en la capital del País, para allí dormirse en el sueño eterno. Tras el fallecimiento de su progenitora y de la jubilación de Mario y de su hermana quien lleva su nombre igual al color del cielo, ambos decidieran radicar al nivel del mar.

Habiéndose enterado un día, el otrora coleccionista de recuerdos del cinema, de la nueva permanencia de sus amigos en su ciudad porteña, los localizó y se volvió a contactar con ellos, entusiasmado les visitó en su magnífico penthouse, en una rica tarde pastelera acompañada de café y amena charla de gran camaradería y remembranza y allí les enteró que estando cerca de jubilarse le había nacido una gran inclinación por la escritura. Por esta razón, ellos le invitaron a un recital en el que presentaron el último libro de poemas que escribió Rosaura la autora de sus días así como a otros eventos culturales.

Ocasionalmente se comunicaban por teléfono y estaba pactada una visita a ellos, con un amigo tan aficionado al cinematógrafo como él, quien tenía gran interés en conocer las anécdotas de la relación que tuvieron en la capital con el ídolo Pedro Infante, que era padrino del único superviviente de los hermanos varones de Mario, pues su gemelo también se había marchado a rendirle cuentas al CREADOR.

Pero esta ya no se pudo realizar porque casi al concluir el año, enfermó Mario y en medio del asombro de todos entregó su alma a DIOS en una fecha muy especial que desde niños tenemos los humanos, la “Noche de Reyes”. Ahora Mario ya descansa en paz, el generoso hombre que de joven, fue paciente proveedor de artículos coleccionables del cine para un chiquillo ilusionado, entre ellos una foto autografiada por la gran Dama del Tango y Novia de América Latina Libertad Lamarque, que en persona en la premier de su película “La Loca” entregara a Mario a la entrada del cine donde se realizó el evento y que él se la enviara a su pequeño amigo residente en el Puerto jarocho.


La foto autografiada para el autor del escrito, 
por La Dama del Tango y Novia de Latino América Libertad Lamarque.
Libertad ataviada con el vestido blanco con estampado de flores negras (con el que se presentó también en la inauguración del Cine Veracruz en el puerto jarocho, en Octubre de 1952), en el Cabaret Tropicana de La Habana, Cuba, cambia impresiones con el productor Gregorio Wallerstein, en un descanso de la filmación de “Te sigo esperando” antes de la escena de canto del bolero “Que Va”.

Cortesía de Ernesto Fortes

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